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La FLCQA se suma a la Semana Europea de la Pobreza Energética

Semana Europea de la Pobreza Energética

La semana del 17 al 23 de febrero cobra especial protagonismo para la Fundación La Casa que Ahorra porque nos recuerda una problemática existente, la Pobreza Energética. Durante estos días, a nivel europeo nos hacemos eco de esta situación, en la que se encuentran demasiadas familias en toda Europa y en España y que todavía está lejos de solucionarse.

La Fundación, en su apuesta por la eficiencia energética de los hogares y por la promoción de estudios e informes rigurosos, apoyó el pasado año la elaboración del 4º Estudio sobre la Pobreza energética en España y la celebración del I Encuentro Estatal sobre Pobreza Energética, que corrió a cargo de la Asociación de Ciencias Ambientales (ACA) y que tuvo lugar en el Colegio Oficial de Arquitectos de Madrid.

Los datos que presentó ACA muestran la importancia del problema. Así, en 2016, el 15% de la población residente en España, cerca de 6,8 millones de personas declaró sufrir “temperaturas inadecuadas en sus viviendas” durante el invierno y de ellos cerca de 900.000 personas, un 2,3%, sufrieron en 2016 alguna desconexión, voluntaria o forzosa, del suministro energético del hogar.  Otro dato significativo evidenciaba que 2,8 millones declararon tener dos o más retrasos en el pago de sus recibos de energía en los últimos 12 meses. Estos tres indicadores estarían mostrando, en definitiva, la falta de confort y la incapacidad para pagar la energía que demanda su edificio evidenciadas en forma de retrasos en el pago o de desconexiones del suministro.

Otro indicador incluido en el estudio evidenciaba que existen dos tipos de situaciones analizando gastos e ingresos: la primera es que un 17% de la población española (8 millones de personas) dedica al pago de sus facturas energéticas el doble de la mediana estatal para 2006-2016. “De esto se extrae que esos hogares no son eficientes energéticamente, y que la energía que consumen no es la adecuada, ni en cantidad ni en calidad”, como indica Albert Grau, gerente de la Fundación.

El informe aborda también un concepto novedoso, la “pobreza energética escondida”, que se da en aquellas familias que tienen un gasto desproporcionadamente bajo. Los hogares que se encuentran en esta situación podrían estar visibilizando a aquellos que “o bien carecen de recursos económicos y no pueden abordar este gasto, por lo que deciden reducir al mínimo su consumo, o bien sus hogares que viven en viviendas totalmente eficientes y que gracias a ello no necesitan gastar más. Personalmente creo que se trata del primer caso”, concluye el gerente de la Fundación. Esta conclusión se extrae también del siguiente dato, y es que en 2016 un 29% de la población estuvo en dificultades para asumir el coste energético en sus hogares.

La pobreza energética es más común en unas comunidades autónomas respecto a otras. Así Castilla-La Mancha, Andalucía, Murcia y Comunidad Valenciana, con menos poder adquisitivo, son las más afectadas, estando en la posición contraria País Vasco, Castilla-León, Aragón y Madrid. Condiciones socio-demográficas como nivel educativo, situación laboral, tipo de contrato, estado civil o personas con mala salud, entre otras, son patrones que ponen de manifiesto la vulnerabilidad de estas personas. Si se trata de familias monoparentales o de hogares en los que hay miembros que sufren enfermedades crónicas, o son viviendas de alquiler, la pobreza energética es también significativa.

Desde la Fundación la Casa que Ahorra estamos convencidos de que la pobreza energética se genera en un hogar porque, además de no contar con recursos económicos suficientes, estas familias habitan en viviendas muy ineficientes, “una deficiencia que, entre otros, genera destacados problemas para la salud de sus ocupantes”, señala Albert Grau. “Está claro que muchas viviendas en nuestro país no están acondicionadas energéticamente, porque no se está invirtiendo lo suficiente en actualizar los hogares, construidos con escasa calidad”, concluye Grau. Son varios los estudios que ha promovido la Fundación la Casa que Ahorra en estos últimos años que tienen como objeto este tema, como el llevado a cabo en 2016 por la Fundación La Casa que Ahorra, y elaborado por CENER, en el que se estimó necesario rehabilitar 350.000 viviendas con criterios de alta eficiencia energética.

 Apuesta por una vivienda saludable

 Desde la Fundación La Casa que Ahorra, y de forma reiterativa, afirmamos que una vivienda saludable, además de proteger la salud de sus ocupantes, previene problemáticas como la pobreza energética. Además, el ahorro económico que supone va más allá del que obtendrían las familias en sus costes energéticos, ya que el estudio “Estimación del efecto de la rehabilitación energética en la salud de las personas. Enfoque económico”, promovido por la Fundación y elaborado por el Institut de Recerca en Energía de Catalunya, concluye que la Administración podría ahorrarse 370 euros al año / persona en costes sanitarios y laborales.

Garantizar un nivel adecuado en cuestiones como la temperatura, la humedad, el ruido, la calidad del aire interior, la seguridad frente al fuego, la accesibilidad y el monóxido de carbono, es garantizar la protección de la salud de las personas, como lo es evitar las situaciones de Pobreza Energética. Por ello, y más en esta semana, insistimos en que la rehabilitación y la apuesta por la mejora de la eficiencia energética, a través de la reducción de las necesidades energéticas, son un paso imprescindible a dar si queremos eliminar la Pobreza Energética de la sociedad del bienestar, en la que salud y calidad de vida deben ir de la mano.

De Pobreza energética saben mucho las compañías de luz, que cifran en 4,5 millones de españoles los afectados por esta problemática. El artículo  de Compañías de Luz.com afirma que España, con los precios de energía más caros de toda Europa, pone e millones de personas en situación de pobreza o exclusión social.