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Un buen aislante térmico en los edificios, clave para el ahorro de energía

La Fundación La Casa que Ahorra estima que se puede disminuir el consumo en un 30% si el edificio dispone de un tejado, techos y muros bien aislados, está dotado de ventanas con vidrios de baja emisividad y alta eficiencia energética

El concepto de ‘ahorro energético’ del que tanto se habla hoy en día, en realidad tiene una corta historia. Con motivo de la crisis del petróleo del año 1973, la energía se convierte en un bien escaso y, por tanto, caro, y aparece la necesidad entre los gobiernos de implantar medidas y leyes que controlen el gasto energético. No deja de ser una carrera que no ha hecho más que empezar, puesto que muchos países adolecen de normas que eviten estas pérdidas de energía que no sólo afectan al bolsillo del consumidor, sino también al medio ambiente.

La Fundación La Casa que Ahorra lleva realizando desde hace tiempo una labor didáctica entre instituciones y organismos para concienciar de la necesidad de promocionar la eficiencia energética. Sus esfuerzos se centran en la edificación, y uno de los aspectos que destacan es el correcto aislamiento térmico de los edificios. Esta medida puede suponer ahorros energéticos, económicos y de emisiones de dióxido de carbono del 30%, provocado por un menor consumo de energía en las instalaciones térmicas de los edificios. Se trata de contar con edificios con tejados, techos y muros bien aislados, ventanas con vidrios de baja emisividad y alta eficiencia energética.

Son datos que vienen avalados por el Instituto para la Diversificación y Ahorro de la Energía, IDAE, que explica que para alcanzar el aislamiento térmico de una vivienda, hay que lograr que los elementos que se encuentran en contacto con el exterior aumenten su resistencia al paso del calor. Para alcanzar este objetivo, es necesario incorporar materiales aislantes en muros exteriores, cubiertas, ventanas, suelos, tabiques y huecos.

Hay que tener en cuenta, además, según explica la Fundación La Casa que Ahorra, que en España más de la mitad de los edificios están construidos sin la protección térmica adecuada, es decir, no cuentan con el necesario aislamiento térmico. Esta circunstancia se da, tanto en los edificios existentes, como en los de nueva construcción.

Ante esta situación, la Fundación La Casa que Ahorra recomienda que el parque edificatorio actual se someta a obras de rehabilitación que le permita alcanzar el tan ansiado concepto de ‘ahorro energético’, entre otras razones, además de las medioambientales, por motivos económicos, ya que las obras se pueden amortizar entre los cinco y los siete años. Sin olvidar que debido a la larga vida media del aislamiento, se puede ahorrar en ese periodo de ocho a nueve veces más de lo que costó toda la rehabilitación. Además, para aquellas personas que deseen acometer este tipo de obras, disponen de una serie de ayudas económicas en sus respectivas comunidades autónomas.