Arriba

La “invisibilidad” de la energía

La mayor dificultad a la hora de combatir el derroche energético de nuestro parque de viviendas radica en que el problema no es visible. La energía que despilfarramos no se ve. Quizás por ello somos menos conscientes de la necesidad de acciones eficaces y sostenibles que ayuden a disminuir el elevado consumo de energía de nuestros edificios.

Si el problema es invisible, ¿cómo comprobar el derroche de energía de nuestras casas, edificios y ciudades? Hay una sencilla herramienta: una fotografía termográfica.

Una cámara termográfica permite analizar si un edificio está correctamente aislado. Capta la radiación infrarroja y convierte la energía radiada de un objeto en información de temperatura. Cuanto más caliente esté un objeto, más radiación generará. Esta técnica se puede usar para comprobar de forma exacta cuánto calor, y por tanto energía, pierde un edificio.

Existen ya importantes experiencias-piloto de escaneado termográfico de barrios, como la llevada a cabo en Dunkerque, en Francia donde 5.000 hogares participaron y fueron “fotografiados” aéreamente. El mapa resultante se divulgó para dar a conocer las pérdidas térmicas que experimentaban los edificios de la ciudad. Se crearon, asimismo, centros de información y asesoramiento. La experiencia tenía como objetivo principal la concienciación de los hogares y empresas de la ciudad francesa de la pérdida térmica y energética de sus edificios.

¿ Cómo es una casa que ahorra ?

La Casa que Ahorra es tan confortable como una casa convencional, o incluso más, pero demanda entre un 70% y un 90% menos de energía.

Aislamiento óptimo

Tendemos a pensar que la ineficiencia energética tiene que ver con el modo en que generamos el calor o el frío de la casa. Pero en realidad son las pérdidas o las entradas indeseadas de calor las que ponen de manifiesto si la energía se derrocha o no. Por eso La Casa que Ahorra tiene un aislamiento optimizado en sus fachadas, cubiertas y huecos acristalados.

Diseño eficiente

Las pérdidas o entradas indeseadas de calor en nuestras casas se producen sobre todo a través de sus muros y cubiertas. Cuanto mayor sea la superficie expuesta de estos cerramientos con respecto al volumen total interior de la vivienda, mayor será también el riesgo de despilfarro de energía. Por eso, en la medida de lo posible, conviene optar por diseños compactos reduciendo también al máximo los elementos que sobresalgan del edificio.

Orientación estratégica

Una casa correctamente orientada se calienta gratuitamente en invierno gracias al sol, o se mantiene fresca en verano con menos demanda de aire acondicionado. Cada zona geográfica tiene su clima y las casas deben adecuarse a éste desde el inicio de su proyecto, tanto si trata de nueva construcción como si se va a rehabilitar una existente.

Ventilación controlada

Una casa que ahorra tiene un ambiente saludable y sano y para ello necesita una correcta renovación de aire, controlada y suficiente. El fallo más habitual son las fugas de aire incontroladas, normalmente en los puntos de ensamblaje entre ventanas, fachadas, estructuras y otros elementos constructivos.

Construida con materiales sostenibles

De nada sirve que la casa ahorre energía si los materiales que la forman son insostenibles. La casa que ahorra ha de tener una "huella ecológica" conocida y reducida. Para ello debe ser construida con materiales respetuosos con el medio ambiente a lo largo de toda su vida útil.

ver más